viernes, 19 de abril de 2013

Narrativa de Enfermería por Raquel Céspedes


NARRATIVA DE ENFERMERIA:
 “La desesperanza: un reto para el cuidado de enfermería

Hacia el año 2006, estando a cargo del programa de Dialisis Peritoneal de una  Unidad Renal de Bogotá,  conocí a una hermosa joven de 25 años, casada, con 3 hijos (12, 10 y 3 años), cuyos padres habían fallecido desde que era una niña y demás familiares vivían en su ciudad natal. El motivo de su presencia en ese servicio era porque necesitaba de un tratamiento para una enfermedad que acababa de conocer; su diagnostico  era una Insuficiencia Renal Crónica Terminal y tenía que empezar un programa de Diálisis. Al observar su rostro sentía que me hablaban sus gestos porque veía facies de preocupación, tristeza, desesperanza, angustia e inseguridad ante su situación, era una comunicación diferente e impactante por su forma de dialogar conmigo con confianza y empatía.
Siendo Yo la Enfermera encargada de orientar a los pacientes debía asesorarlos para que eligieran la mejor opción (ventajas-desventajas) sobre las terapias de reemplazo renal y que de acuerdo a su decisión  vieran una esperanza positiva para sus estilos de vida, que en éste caso repercutía en una familia muy joven y una paciente llena de temores por perder a su esposo quién consideraba el alma de su existencia, manifestación que expresó durante nuestra primera entrevista. Su desesperanza se convirtió para mí en un reto como enfermera porque veía que mi labor como cuidadora de su bienestar debía ser la mejor para ayudarla a continuar con su vida y utilizar todas las estrategias posibles para que ella lograra continuar viviendo y disfrutando del amor de su familia.




 Usualmente el tiempo determinado en la institución para dicha labor es corto, pero con ella no era posible terminar con unas cuantas palabras de explicación con procedimientos y rutinas, había algo más que hacía correr el tiempo tan lento que ni Ella ni Yo queríamos que terminara; es así que duramos toda la mañana  reconociendo realmente en detalle todas sus expectativas e identificando todas las oportunidades que tenia de cuidado para ella.

Por eso, comienza a decirme que deseaba quedarse allí conmigo, pues sentía que Yo la comprendía. Al escucharle tanto amor hacia su esposo, comprendí que  le preocupaba perder su hermosa imagen corporal porque ésta era importante para Él  y  le atemorizaba que él la abandonara por el cambio,  por eso decía “me preocupa pensar lo que dirá mi esposo al colocarme un catéter en el abdomen”. Reiteraba que sin su esposo no podría vivir. Me sensibilizaba cada vez más al ver su realidad, donde la ciencia y el trabajo interdisciplinario se fusionan para lograr  el bienestar de todos los pacientes,  pero en este caso era una realidad muy difícil por todas las complicaciones que el grupo sabia se iban a presentar, realidad  llena de percepciones y sentimientos negativos por una vida que se estaba esfumando y nuestros esfuerzos profesionales se quedaban cortos porque no era posible detener el tiempo ni mucho menos sus síntomas ni tampoco sus sentimientos, situación que generaba constantemente mis cuidados que permitían disminuir la forma negativa de ver y sentir su enfermedad.  



Me preocupaba mucho su condición, sus hijos, su vida en familia, así se lo manifesté pero a pesar de  mis explicaciones sobre los beneficios y desventajas de las terapias ella tomó la decisión por la Hemodiálisis ya que su esposo era más importante para ella que su propia salud.  Accediendo a su deseo se  programó para el implante del catéter para Hemodiálisis explicándole los riesgos que se podían presentar durante la realización del procedimiento. Los meses iniciales a su terapia la reconfortaron tanto que resplandecía su belleza, su cuidado personal impecable y alegría tanto para su esposo que la acompañaba en todo momento, como para los pacientes que asistían al mismo procedimiento. Se convirtió en un ejemplo de vida que irradiaba para todos los pacientes que asistían a la misma terapia, pero muy pronto vimos como su salud fue empeorando día a día y así mismo su estado emocional, permanecía llorando todo el tiempo, se notaba ansiosa ya que no podía dormir, no se alimentaba bien, perdió el interés por arreglarse, llegaba a la unidad gritando y diciendo que no quería seguir así, todo el tiempo decía que la ayudáramos para que su esposo no la abandonara, situación que se convirtió en un reto para mí pues desde el primer momento de la relación vi en ella a una joven  indefensa y con mucha falta de afecto, llevándome a comprender la importancia de la familia, la salud  y el amor.

Raquel Céspedes Pinto
MSc en Enfermería


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